En un mundo lleno de reproches, prejuicios, violencia, intolerancia y egocentrismo, hay una pequeña historia de amor que me gustaría contarte…
Vicente y Mª Teresa llevan 61 años casados. En 2015, por cuestiones de salud, Mª Teresa tuvo que ser internada en una residencia de mi localidad serrana. Desde entonces, Vicente viene cada día desde Madrid a recoger a su esposa. Juntos pasan la mañana en el parque que hay detrás de mi casa, acompañados de Jorge Negrete, Rocío Jurado, Mari Fe de Triana, Mari Trini…
A pesar de su poca movilidad por los ictus que sufrió o de sus despistes debidos al Alzheimer, Mª Teresa no suelta la mano de su esposo mientras sigue el ritmo de la música con su cabeza. Pero lo más llamativo de esta anciana es su risa… carcajeante y contagiosa como ninguna.
Vicente atiende con extrema ternura las necesidades de su esposa; siempre pendiente del calcetín, el sombrero, la mantita… siempre agarrando su mano al terminar.
Se nota que se aman, les desborda por los poros. Y eso se contagia! Los niños y jóvenes habituales de la zona los miran con ternura y, si te acercas lo bastante, puedes escucharles:
– Eso sí es amor, tío! Yo quiero eso cuando sea viejo…
Y os aseguro que ese amor que se profesan puede sentirse en el aire y tus emociones se ponen al flor de piel a su lado. Entre lágrimas escuché su historia y con lágrimas les pedí que me permitieran compartirla.
Hoy he sabido que Vicente está enfermo. Ya son un par de semanas que no viene a visitar a Mª Teresa. Hoy la he visto triste y desmejorada. Lo añora…
Una frase que me dijo Vicente resuena en mi cabeza:
– Si yo no pudiera venir a verla cada día… es que no podría…
Yo me he demorado un poco en publicar esta entrevista, pero el tiempo del Universo es perfecto! Quién sabe si no era éste el momento perfecto para hacerlo.
Desde aquí quiero enviar a Vicente y Mª Teresa todo mi cariño y los mejores deseos para su pronta recuperación y re-encuentro. Gracias por recordarnos qué es el AMOR.
Y tu…
¿tienes alguna historia de amor que te inspire? <3