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Siempre comento con mis alumnos y pacientes, la importancia de «tamizar» toda la información que recibimos y quedarnos con lo que nos resuena. Hoy he encontrado un poema que expresa, a la perfección, esta idea:

Hablaba con seres, luego me enteré que se llamaban espíritus...

Hablaba con seres,
luego me enteré que se llamaban espíritus
Curaba con plantas y flores,
luego me enteré que se llamaba naturopatía
Decía cosas intuitivas y ocurrían,
luego me enteré que se llamaba videncia
Mis manos emitían amor que curaba,
luego me enteré que se llamaba reiki,
Acompañé a mamás en sus 9 lunas,
luego me enteré que se llaman doulas,
Acompañé a una mamá que jamás olvidaré
en el duelo de su recién nacido.. y sus viajes oníricos ,
luego me enteré que se llamaban chamanes…
Pensé caramba!!, pues aprenderé más y me formaré en serio
sobre espíritus, naturopatía, videncia, reiki, chamanes…

…Y dejé de saber hablar con espíritus,
dejé de saber curar con plantas y flores,
dejé de conectar con mi intuición.
dejaron mis manos de dar calor,
dejé de saber acompañar mamás…
Me sentí triste, vacía,
cuanto más «aprendía»
más me perdía…
Así que dejé de aprender
lo que otros entendían con otros nombres,
de buscar fuera lo que ya poseía…

Y volví a hablar con espíritus,
a curar con plantas y flores.
a conectar con mi intuición,
a dar calor con mis manos,
y a acompañar libremente…

Desconozco quien lo escribió. Espero que os guste.

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